¿Para qué quiero hacer lo que quiero hacer?

 ¿Te ha sucedido que comienzas con todas las ganas a hacer algo y poco a poco se va desvaneciendo la emoción?

Es muy común ver a personas muy animadas con proyectos nuevos o actividades nuevas que comienzan con mucha actitud y la "rutina" comienza a quitarle el gusto o el brillo a eso que comenzó tan bien. Comienza a ser más pesado hacerlo, sin ganas o el hacerlo solo por hacerlo.

En las sesión inicial cuando cada persona trae un sueño o meta que realmente quiere alcanzar, mi trabajo es que no suceda esto. Y generalmente la pregunta que da título a esta entrada suele aparecer de una forma u otra.

¿Para qué lo quieres hacer? la respuesta dependerá de la persona, pues puede ser muy superficial o muy profunda. Generalmente la exploración ayuda a descubrir la ganancia "oculta" de esos deseos de logro. Esa exploración que dará un sentido a todo el proceso y por lo cual el esfuerzo diario al logro sin caer en la rutina, el gusto o la emoción a eso que quieren lograr.

Cada meta, logro o sueño que trae una persona, son un medio o un conducto para algo mucho más trascendental. Pues la sensación que desencadenará conseguirlo o alcanzarlo tendrá repercusiones en lo más profundo del ser.

¿Cómo descubrir el por qué lo quiero hacer?

Usualmente el coach está dispuesto a explorar de todas las maneras posibles esto, entrando en detalle minucioso sobre los significados de las palabras e intenciones de las mismas, sin embargo, existe un filtro muy rápido que te dará una idea. Consiste en 2 preguntas y sus repeticiones. Es muy sencillo y te invito a que en este momento pienses en una meta y la pasemos por este "filtro" para descubrir el fondo de tu anhelo.

1.-Con tu meta en mente ¿Por qué quieres esta meta?
2.- ¿Qué te da o aporta a tu vida?

Y pon mucha atención a tu respuesta:
1.- ¿Y por qué quieres eso?
2.- ¿Que te da o aporta a tu vida?

Una vez más responde y:
1.- ¿Y por qué quieres eso?
2.- ¿Que te da o aporta a tu vida?

Con cada respuesta vuelve a plantear las preguntas 1.- ¿Y por qué quieres eso? 2.- ¿Que te da o aporta a tu vida? al menos en 4 ocasiones. Encontrarás que hay un adjetivo muy importante como, ser feliz, ser pleno, paz, equilibrio, detrás de esos objetivos. Trata de describirlos englobándolos al responder ¿Qué te hará sentir alcanzar esta meta? verás que si comienzas así, tendrás un recordatorio muy importante cuando la emoción baje o aparezcan las dudas sobre si continuar o no.

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Dependencia vs Autosuficiencia


En esta, como en otras entradas del blog, quiero contarte algo muy personal.

Realmente me incomoda en ocasiones el tener que depender de alguien, se me dificulta en otras el poder pedir ayuda en cualquier aspecto de mi vida. ¿Te pasa a ti?

Reconozco en mi esta área de oportunidad, pues he tenido que trabajar personalmente en reconocer cierta "debilidad" en mi que requiere de la asistencia de un tercero para sopesar mis "deficiencias" con las habilidades, capacidades o experiencia de alguien más. Reconocer también que está bien solicitar la ayuda y que mis "debilidades" o "deficiencias" son temporales y que pueden mejorarse.
He visto como algunas personas pueden sentir algo similar, debido a que hemos desarrollado una fascinación adictiva por definir y clasificar todo nuestro al rededor, esta situación particular exhibe 2 extremos que dan título a la entrada. Dependencia o Autosuficiencia.

¿Existe algún termino que podría definir el punto medio entre estos? Debido a que por el momento no reconozco ninguno, a falta de su opinión, pudiera decir que me he tenido que clasificar en un extremo u otro. Cosa que realmente no me agrada, pues siempre he sido de la idea que los extremos no siempre son buenos. Entonces al elegir entre ser autosuficiente o dependiente, casi siempre he elegido la primera, por el concepto social que representa o el rol que me toca representar.

Tengo ejemplos para escoger, de mis círculos sociales más íntimos hasta los más lejanos, de personas que también les cuesta trabajo pedir ayuda o tener cierta dependencia. No se si tengan el mismo conflicto interno o alguna variante, pero de que se niegan o recurren en última instancia a alguien más es innegable. Y se hace más notable al pasar los años y requerir más frecuente la asistencia o ayuda de un tercero, cuando quieren mantener una autonomía que la naturaleza les ha quitado de a poco, esta negativa raya en necedad. Pensamientos como: "no quiero causar molestia" "pero si yo puedo" "no se preocupen" entre otros, suelen ocuparse como justificantes para evitar el apoyo.

Hace poco en la página de facebook subí una imagen con la pregunta ¿Cuales son todas mis fuerzas? y te respondo aquí tal y como lo hice ahí. Tú no tienes todas tus fuerzas, pues siempre tendrás un amigo, familiar o hasta un desconocido que te puede ayudar. Pedir ayuda a dios, o como lo conozcas. Piensa que todas tus fuerzas serán el colectivo de muchas personas y emociones que están coludidas para tu felicidad. Aprovéchalas, no estás sol@.

Esta entrada está destinada a pensar que la vida es de momentos, que a veces toca depender o ser ayudado por alguien, que nadie debería vivir sin experimentar el poder ser ayudado y brindar la ayuda. Hoy te lo escribo pues realmente conozco una sensación única que provoca el servicio, que para que yo pueda ser un servidor tiene que haber un servido, que para tener una razón de escribir esto es porque alguien lo leerá, que sepas que puedes ser ayudado sin ser juzgado, que puedes apoyar y sentir esa satisfacción interna tan especial.

Hoy si es necesario, deja de utilizar la palabra "ayuda" si eso te limita, permítete impulsar a alguien y ser impulsado, forma alianzas para tu beneficio o el de alguien más, colabora en la vida de alguien o piensa quien es el mejor para que colabore en la tuya. Inventemos juntos el punto medio que nos permita borrar esos extremos de "dependencia o autosuficiencia" y vivamos en un mundo donde es tan fácil ayudar como ser ayudado.

¿Hoy en qué te puedo ayudar?

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Los sueños y sus críticas



















Cuando platicaba con algunas personas sobre mis planes, en ocasiones solía tener respuestas positivas o alentadoras y otras veces solamente críticas que hacían que en cierto modo me desanimaba.

Si recuerdas, anteriormente escribía en "Deja de criticarme" un método para poder neutralizar a esas personas y convertirlas en aliados, pasar de críticos a consejeros. Sin embargo esta entrada es para una voz interior que también suele criticar y a veces es la más dura.

El por qué existen personas que su más grande juez es esa voz, va más allá de mi comprensión. Esas que todo tiene que salir perfecto, que tienen que hacerlo bien y que no se perdonan que suceda de otra manera. Esa voz también puede desalentar tus grandes planes, intenciones o minimizar logros que vas conquistando.

Y como dicen los comerciales, nada con exceso, todo con medida, he encontrado que limitar esa voz o consultar con ella cuando sea necesario también es de mucha ayuda en el proceso de cambio, mejora, planeación, ejecución o retroalimentación. Así que hoy, la entrada está destinada a controlar un poco ese gran juez que está en tu cabeza, con ayuda de una técnica que un gran personaje utilizó para crear un gran imperio.

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Walt Disney la llamó "Imaginiería", que consta de 3 partes: Un soñador, Un Realista y Un Crítico. Para aplicar esta técnica, afinada por Robert Dilts, es necesario tener algunos puntos claros: 1.- Tienes que tomar completamente cada personalidad, sus modos de hablar, sus posturas, formas de pensar. Todo lo que ayude a adoptar esa identidad. Y 2.- El realista y el crítico están para hacer posible lo que el soñador diga, NO para menospreciar o descartar el sueño.

Así, permitirás tener esa voz que critica pero la usaras para tu provecho y crear posibilidades, no para liquidar esfuerzos o matar sueños.

Te invito a que pases por estas 3 fases: 

1. La Fase del Soñador/a, ¿qué quiero?: ¡a soñar se ha dicho, comienza el paseo por las nubes! Busca un lugar en el que te sientas cómodo/a, siéntate y mantén la cabeza y la mirada levantadas y déjate fluir en cuanto a eso que deseas. Date permiso para soñar a lo grande, con todo lujo de detalles, sin juzgar, sin censurar. Déjate llevar por todo lo que te venga, por absurdo que te parezca, un soñador/a no tiene límites.
2. La Fase del Realista, ¿cómo lo consigo?: de nuevo busca un lugar, diferente al anterior, en el que te sientas cómodo/a, siéntate, pero esta vez coloca tu mirada en horizontal, con una postura ligeramente inclinada hacia adelante, para pensar como un/a Realista. El objetivo de esta fase es transformar las ideas anteriores en un plan viable, y para ello deberás pensar “COMO SI” el sueño FUERA POSIBLE, como si todas las ideas que nacieron en la fase anterior fueran alcanzables, definiendo los pasos a seguir para hacerlo realidad.

3. La Fase del Crítico ¿Y sí…?: y ahora es cuando entra en juego el “cascarrabias”! Siéntate con la cabeza algo inclinada y la mirada un poco levantada, tócate la cara o la barbilla, te ayudará a pensar como un/a crítico/a. El propósito de esta fase es evaluar el plan o proyecto que acabas de plantear, en busca de posibles problemas o “eslabones” que faltan. Pregúntate: ¿cuáles son los riesgos de llevar a cabo el plan?, ¿a quién afectará este plan y de qué forma?, ¿qué o quién podría comprometer su eficacia?, si alguien quisiera objetar este plan ¿qué argumentaciones daría?, ¿qué aspectos positivos existen en la implementación de este plan?, ¿cómo puedo garantizar dichos aspectos cuando lleve a cabo el plan?, ¿cuándo y en qué situación no querría poner en marcha este plan?, ¿qué le falta, qué le sobra?... Con todo lo anterior ¿qué puedo perfeccionar para que la idea y el plan tengan mayor probabilidad de éxito?

Recuerda
  • Un Soñador sin un realista y un crítico no es más que eso: Un soñador
  • Un Realista sin un soñador y un crítico no es más que un robot
  • Un Crítico sin un soñador y un realista es un aguafiestas
  • Un soñador y un realista sin un crítico; podrán producir planes pero podrán carecer de calidad necesaria para el éxito.
  • Un realista y un crítico sin un soñador son una burocracia
  • Un soñador y un crítico sin un realista convierten cualquier vida en una montaña rusa maniaco-depresiva
Y cómo dijera Walt Disney "Si puedes soñarlo, puedes lograrlo"

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